Vodianova

Me senté en la cafetería de Rue Chandon después de haber tenido un largo día. Ansiaba leer el libro que cargué en mi bolso toda la tarde, el mismo que tenía pensado leer desde hacía seis meses. Por algún motivo nunca fui de las que terminan lo que empiezan, después de todo me ha servido para saber de todo un poco, sin ser experta en algo. El mesero llegó y al centro de la mesa puso una canastilla con pan. Recién atardecía y yo les tiraba el migajón a las palomas que llegaban buscando lo mismo que yo. Pensé en pedir vino, pero mejor pedí un café. También pensé en que era curioso como la mayor parte del tiempo los meseros son meseros y no meseras, pero ese pensamiento se fue tan rápido como llegó. Empecé a leer el libro que encontré en aquella librería donde me perdí, no en cuerpo pero en mente sí. Había olvidado lo mucho que me encantaba leer, porque de pronto me hundo en solo papel.

El día había comenzado temprano, me levanté con la luz del sol entrando por la ventana e iluminando mi cama que vestía de blanco. Desde que me levanté me sentí intranquila, no sabía exactamente por qué. Tuve solo un momento de calma cuando te vi alado de mi, soñando todavía. Te di un beso en la mejilla y te dejé una nota a un lado del té que te preparé, con una postdata diciendo que lo calentaras cuando te levantaras...nunca te levantas al mismo tiempo que yo. Salí decidida a encontrar algo, no sabía qué. El clima estuvo fresco, ya que la noche anterior había llovido. Mientras caminaba recordé cómo me quedé dormida mientras me contabas una historia de terror, enmedio de truenos y el sonido de las gotas en la ventana...no pude evitar sonreir por que solo a nosotros nos pasan ese tipo de cosas. Te compré flores, aunque sea raro que yo te las de a ti. De pronto todos los detalles se pueden invertir y se sienten bien. Saliendo de ahí, por poco muero cuando un auto me iba a arrollar, por ir viendo cómo las nubes se mueven rápido cuando hay más aire en el cielo. Cuando llegué a la cafetería me acordé del libro, y al terminar regresé a ti. Después de casi haber muerto y después de un libro.

Después de todo quizá no sea tan malo.